martes, 14 de octubre de 2014

Francisco pide rechazar la "espiritualidad de cosmética"

Francisco pide rechazar la "espiritualidad de cosmética" 
Martes 14 Oct 2014 | 10:17 am 
 Francisco, en la capilla de Casa Santa Marta.

Ciudad del Vaticano (AICA): “La fe no necesita aparentar, sino ser. No necesita ser alimentada por cortesías, especialmente si son hipócritas, sino por un corazón capaz de amar de forma genuina”, dijo el Papa esta mañana en la homilía de la misa celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta. El Santo Padre hizo referencia al Evangelio del día para afirmar que Jesús ¨condena¨ esta espiritualidad de cosmética, aparentar lo bueno, lo bello, ¡pero la verdad por dentro es otra cosa!¨.
  “La fe no necesita aparentar, sino ser. No necesita ser alimentada por cortesías, especialmente si son hipócritas, sino por un corazón capaz de amar de forma genuina”, dijo el Papa esta mañana en la homilía de la misa celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta.
 El Santo Padre hizo referencia al Evangelio del día para afirmar que Jesús condena este tipo de "seguridad" centrada en el "cumplimiento de la ley".
 ¿Nuestra vida es una vida cristiana de cosmética, de apariencia o es una vida cristiana con la fe que trabaja por la caridad? El Santo Padre recordó que la fe "no es solamente recitar el Credo", sino que pide desprenderse de la avaricia y la codicia para saber darse a los otros, especialmente a los pobres.
 La fe no necesita aparentar, sino ser. No necesita ser alimentada por cortesías, especialmente si son hipócritas, sino por un corazón capaz de amar de forma genuina. El Papa hizo referencia al Evangelio del día para afirmar que Jesús "condena" este tipo de "seguridad" centrada en el "cumplimiento de la ley".
 Así, Francisco ha indicado que "Jesús condena esta espiritualidad de cosmética, aparentar lo bueno, lo bello, ¡pero la verdad por dentro es otra cosa!". Jesús condena a las personas de buenas maneras pero de malas costumbres, esas costumbres que no se ven pero se hacen a escondidas. Pero la apariencia es justa: esta gente a la que le gustaba pasearse en las plazas, hacerse ver rezando, 'maquillarse' con un poco de debilidad cuando ayunaban. ¿Por qué el Señor es así? Vean que son dos los adjetivos que usa aquí, pero unidos: avaricia y maldad".
 En el mismo pasaje, en el Evangelio de Mateo, Jesús dice de ellos "sepulcros blanqueados" para precisar ciertas actitudes, definidas por Él duramente como "inmundicia", "podredumbre".
 También Pablo, en la Lectura del día, discute con los Gálatas por el mismo motivo, por su apego a la ley. Por lo que Francisco recordó que "la ley por sí sola no salva".
 "Lo que vale es la fe. ¿Qué fe? La que 'trabaja por medio de la caridad'. El mismo discurso de Jesús al fariseo. Una fe que no es solamente recitar el Credo: todos nosotros creemos en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo, en la vida eterna. ¡Todos creemos! Pero esta es una fe inamovible, no trabajadora. Lo que vale en Cristo Jesús es su labor que viene de la fe o mejor la fe que se hace trabajadora en la caridad, es decir, vuelve a la limosna. Limosna en el sentido más amplio de la palabra: desprenderse de la dictadura del dinero, de la idolatría del dinero. Toda codicia nos aleja de Jesucristo", afirmó el Pontífice.
 A propósito el Papa evocó un episodio de la vida del padre Arrupe, prepósito general de los Jesuitas de los años sesenta a los años ochenta. Un día, una señora rica lo invitó en un lugar para donarle dinero para las misiones en Japón. La entrega del sobre tuvo lugar prácticamente en la puerta y delante de periodistas y fotógrafos. El padre Arrupe contó haber sufrido una "gran humillación", pero aceptó el dinero "por los pobres de Japón". Cuando abrió el sobre había diez dólares. Por esto, el Papa invitó a preguntarse si la nuestra "es una vida cristiana de cosmética, de apariencia, o una vida cristiana con la fe que trabaja en la caridad".
 Para finalizar la homilía, el Santo Padre observó que "Jesús nos aconseja esto: no tocar la trompeta. El segundo consejo que nos da: no dar solamente lo que nos sobra. Y nos habla de esa viejita que dio todo lo que tenía para vivir. Y alaba a esa mujer por haber hecho esto. Y lo hace de una forma un poco escondida, quizá porque se avergonzaba de no poder dar más".+

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