miércoles, 12 de noviembre de 2014

Francisco exhorta a los ministros a ser misericordiosos y comprensivos


Francisco exhorta a los ministros a ser misericordiosos y comprensivos 
 Miercoles 12 Nov 2014 | 09:34 am 
 El Santo Padre, esta mañana en la Plaza de San Pedro. 

Ciudad del Vaticano (AICA): El papa Francisco brindó su catequesis semanal ante una nutrida audiencia que se congregó en la Plaza de San Pedro. En esta ocasión, el Santo Padre definió las cualidades que todo diácono, sacerdote u obispo debe tener. Dijo que no puede ser nunca autoritarios, y recordó las cualidades de san Pablo enumera para los ministros: la cortesía, la sobriedad, la paciencia, la afabilidad y la bondad de corazón. Como todos los miércoles, el papa Francisco brindó su catequesis semanal ante una nutrida audiencia que se congregó en la Plaza de San Pedro. En esta ocasión, el Santo Padre definió las cualidades que todo diácono, sacerdote u obispo debe tener. Francisco dirigió un especial mensaje de cercanía a las familias de los 43 estudiantes asesinados en México, en la masacre conocida como Ayotzinapa, y recordó el 30º aniversario de la paz firmada entre la Argentina y Chile con la mediación del Vaticano.
El obispo de Roma aseguró que la actitud de un ministro no puede ser nunca autoritaria, sino misericordiosa y comprensiva. Recordó que san Pablo, en sus epístolas, enumera las cualidades esenciales: la cortesía, la sobriedad, la paciencia, la afabilidad y la bondad de corazón. Cualidades, agregó, que le permiten dar testimonio del evangelio de forma alegre y creíble.
 También destacó que el Apóstol de los gentiles recomendó reavivar continuamente el don que recibieron por la imposición de manos, y afirmó que la conciencia de que todo es gracia los ayuda a no caer en la tentación de ponerse en el centro y de confiar sólo en ellos mismos.
 “Uno no es obispo, presbítero o diácono porque sea más inteligente o tenga más talentos que los demás, sino en virtud del poder del Espíritu Santo y para el bien del Pueblo de Dios”, observó.
 “La actitud de un ministro no puede ser nunca autoritaria, sino misericordiosa, humilde y comprensiva. Recemos para que sean siempre imagen viva del amor de Dios”, concluyó el Santo Padre.
 En sus saludos en castellano, Francisco expresó su cercanía a los mexicanos presentes y aseguró que, con la masacre de Ayotzinapa, "se hace visible la realidad dramática de toda la criminalidad que existe detrás del comercio y el tráfico de drogas”. Y agregó: “Estoy cerca de ustedes y de sus familias".
 El Papa también recordó el trigésimo aniversario de la firma del tratado de paz entre la Argentina y Chile, que evitó una escalada bélica por los límites geográficos de ambas naciones.
 "Los límites ya están claros. No nos vamos a seguir peleando por los límites, nos vamos a pelear por otras cosas, no por eso”, comenzó el Papa.
 “Pero hay una cosa que quiero hacer notar", indicó. "Esto se dio gracias a la voluntad del diálogo. Solamente cuando hay voluntad de diálogo se solucionan las cosas. Y quiero también elevar un pensamiento de gratitud a san Juan Pablo II y al cardenal Samoré, que tanto hicieron para lograr esta paz entre nosotros”, sostuvo el pontífice.
 “Ojalá –añadió- todos los pueblos que tengan conflictos, de cualquier índole, sean limítrofes, sean culturales, se animen a solucionarlos en la mesa del diálogo y no en la crueldad de una guerra".
 Francisco también recordó que el martes 11 se celebró la memoria de san Martín de Tours, apóstol de las Galias y patrono de la ciudad de Buenos Aires, de la que Jorge Bergoglio fue arzobispo. Del santo, el Papa dijo: "Su gran caridad sea ejemplo para ustedes, queridos jóvenes, para vivir la vida como una donación; su abandono en Cristo Salvador los sostenga, queridos enfermos, en los momentos oscuros de sufrimiento, y su vigor espiritual, queridos recién casados, le dé centralidad a la fe en el camino conyugal".
La catequesis del Papa en castellano 
“Queridos hermanos y hermanas: En la catequesis de hoy, podemos hacernos la pregunta qué se pide a los obispos, presbíteros y diáconos para que su servicio sea auténtico y fecundo.
 San Pablo, en sus cartas pastorales, además de una fe firme y una vida espiritual sincera, que son la base de la vida, enumera algunas cualidades humanas, esenciales para estos ministerios: la acogida, la sobriedad, la paciencia, la afabilidad, la bondad de corazón… cualidades, que hacen posible que su testimonio del Evangelio sea alegre y creíble".
 "El Apóstol recomienda, además, reavivar continuamente el don que han recibido por la imposición de manos. La conciencia de que todo es don, todo es gracia, los ayuda a no caer en la tentación de ponerse en el centro y de confiar sólo en ellos mismos. Uno no es obispo, presbítero o diácono porque sea más inteligente o tenga más talentos que los demás, sino en virtud del poder del Espíritu Santo y para el bien del santo Pueblo de Dios. La actitud de un ministro no puede ser nunca autoritaria, sino misericordiosa, humilde y comprensiva".+

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