lunes, 23 de septiembre de 2013

Francisco: “A veces hay arrogancia en el servir a los pobres”

Francisco: “A veces hay arrogancia en el servir a los pobres” 
Domingo 22 Sep 2013 | 14:04 pm 
Cerdeña (Italia) (AICA): En el marco de su visita a la ciudad de Cagliari, en la isla de Cerdeña, el papa Francisco recorrió en el papamóvil las calles de la ciudad entre la gente que lo esperaba y lo aplaudía. Después de haber saludado y besado a algunos niños, entró en la catedral. Y mientras el coro creaba una atmósfera recogida, el papa se sentó adelante, al pie del altar. El arzobispo de Cagliari, monseñor Arrigo Miglio, recordó que estaban presentes los voluntarios de Cáritas y un grupo de presos. Al final de sus palabras el Papa saludó a diversas personas, pobres, detenidos, encarcelados menores, ex prostitutas y también enfermos y personas varias. El papa inició agradeciendo a los presentes por estar allí, y cuando dijo “yo me siento aquí como en mi casa” estallaron los aplausos. “Porque como se dice en América Latina esta casa es mi casa” dijo. 

 Continuando su visita a la ciudad de Cagliari en la isla de Cerdeña, el papa Francisco recorrió en el papamóvil las calles de la ciudad entre la gente que lo esperaba y lo aplaudía. Después de haber saludado y besado a algunos niños, entró en la catedral. Y mientras el coro creaba una atmósfera recogida, el papa se sentó adelante, al pie del altar.
 El arzobispo de Cagliari, monseñor Arrigo Miglio, recordó que estaban presentes los voluntarios de Cáritas y un grupo de presos. Al final de sus palabras el Papa saludó a diversas personas, pobres, detenidos, encarcelados menores, ex prostitutas y también enfermos y personas varias.
 El papa inició agradeciendo a los presentes por estar allí, y cuando dijo “yo me siento aquí como en mi casa” estallaron los aplausos. “Porque como se dice en América Latina esta casa es mi casa” dijo.
 El papa subrayó, en algunas palabras fuera del discurso que había preparado: “Aquí sentimos de manera fuerte y concreta que somos todos hermanos. Aquí el único Padre es el Padre Celestial, y el único maestro es Jesucristo”. Y volviendo al mensaje escrito recordó: “La primera cosa que quiero compartir es esta alegría de tener a Jesús como Maestro”.
 Y les aconsejó: “Miremos hacia Él, esto nos da mucha fuerza, mucho consuelo en nuestras fragilidades, en nuestras miserias y dificultades”. Porque “todos los que estamos aquí somos iguales delante del Padre”, y señaló que “Jesús decidió hacerse hombre y como hombre hacerse siervo, hasta morir en la cruz”. El Papa precisó que esta es la vía del amor, y señaló que “la caridad no es asistencialismo” porque advirtió que eso “es hacer negocios”.
 Sobre la palabra solidaridad en esta cultura de lo descartable consideró “que corre el riesgo de ser borrada del vocabulario, porque molesta y en cambio nosotros decimos que este es el camino”. Y recordó que la humildad de Jesús fue real, porque eligió estar con los pequeños, con los excluidos, con nosotros. Pero volvió a advertir: “Atención, no es una ideología”.
 Un segundo aspecto que quiso subrayar el santo padre es que “Jesús no vino al mundo para hacer un desfile, para hacerse ver” y por eso agradeció a Dios por el empeño de aquellos que quieren seguirlo, en particular los voluntarios a quienes instó a “realizar obras de misericordia con misericordia, las de caridad con caridad, con ternura y siempre con humildad.
 “¿Saben?, a veces se encuentra arrogancia en el servir a los pobres” dijo, y “estoy seguro de que ustedes lo han visto, la arrogancia de quienes saben que necesitamos de su servicio”. Y señaló que “algunos instrumentalizan a los pobres por intereses personales o del propio grupo. Sé que esto es humano ¡pero no está bien! Y digo más: esto es pecado, pecado grave, porque es usar a los que son carne de Jesús para su vanidad propia”, y concluyó el santo padre: “Sería mejor si estas personas se quedaran en su casa”.
 “Siguiendo a Cristo en la vía de la caridad sembramos la esperanza” dijo. Recordó que la sociedad italiana y en la sociedad general, necesita esperanza, “y algunos miembros de ella deben empeñarse en el sector político que es una forma alta de caridad”. Matizó que como Iglesia existe una responsabilidad de colaborar con las instituciones públicas respetando las propias competencias.
 Y repitió “No se dejen robar la esperanza y vayan adelante”. Concluyó bendiciendo “a todos ustedes junto a vuestras familias”. Al despedirse pidió: “recen por mí que tengo mucha necesidad de oraciones”.
 A la salida de la catedral hubo un acto fuera de programa: el santo padre encontró a un grupo de unas cien religiosas de clausura, de diversas congregaciones. “El Señor nos ha llamado --les dijo-- para sostener a la Iglesia, ante todo con las oraciones. Recen por mí”+

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