El Papa recibió al primado de la Iglesia Anglicana
Lunes 16 Jun 2014 | 11:39 am
El arzobispo Welby y el papa Francisco
Ciudad del Vaticano (AICA): El Santo Padre recibió, esta mañana, a Su Gracia Justin Welby, arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia Anglicana. La búsqueda de la unidad plena puede parecer lejana pero es siempre la meta del camino ecuménico, y la preocupación común por los males de la humanidad, en particular el tráfico de seres humanos, fueron algunos de los temas claves del encuentro.
El Santo Padre recibió, esta mañana, a Su Gracia Justin Welby, arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia Anglicana. La búsqueda de la unidad plena puede parecer lejano pero es siempre la meta del camino ecuménico, y la preocupación común por los males de la humanidad, en particular el tráfico de seres humanos, fueron algunos de los temas claves del encuentro.
“También a nosotros el Señor parece preguntarnos: ¿'De qué discutían durante el camino'? -dijo Francisco- Cuando Jesús planteó esa pregunta, sus discípulos se callaron porque se avergonzaban ya que estaban hablando de quién sería el más grande entre ellos. Nosotros también estamos confusos por la distancia que hay entre la llamada del Señor y nuestra pobre respuesta. Ante su mirada misericordiosa no podemos fingir que nuestra división no sea un escándalo, un obstáculo al anuncio del Evangelio de la salvación al mundo”.
“No es raro -agregó el Papa-, que nuestra vista se ofusque con el peso que acarrea la historia de nuestras divisiones y nuestra voluntad no siempre está libre de esa ambición humana que, a veces, acompaña nuestro deseo de anunciar el Evangelio según el mandamiento del Señor”.
A pesar de estos claroscuros, “el Espíritu Santo nos da fuerzas para no desalentarnos y nos invita, a confiar plenamente en su acción potente. Como discípulos que se esfuerzan por seguir al Señor -observó el Papa- sabemos que la fe llegó a nosotros a través de muchos testigos. Somos deudores de grandes santos, maestros y comunidades que nos transmitieron la fe en el curso de los siglos y que atestiguan nuestras raíces comunes”.
El obispo de Roma recordó a este propósito que ayer el arzobispo de Canterbury celebró las vísperas en la iglesia romana de San Gregorio en el Celio, desde la cual el Papa Gregorio Magno envió al monje Agustín y a sus compañeros a evangelizar a los pueblos de Inglaterra “dando origen a una historia de fe y de santidad de la que se beneficiaron muchos otros pueblos europeos. Un camino glorioso que dejó una huella profunda en las instituciones y tradiciones eclesiales que compartimos y que constituyen un sólido fundamento para nuestra fraternidad”.
Sobre bases como esas y con el apoyo de la Comisión internacional anglicano católica y la Comisión internacional anglicano católica para la unidad y la misión, se pueden examinar con espíritu constructivo “los viejos y nuevos retos del compromiso ecuménico”, añadió Francisco para entrar después en un tema que causa el mismo “horror” al arzobispo Welby, la plaga del tráfico de seres humanos y las formas modernas de esclavitud, denunciada varias veces por el prelado anglicano.
“En este vasto campo de acción, que se presenta en toda su urgencia, se pusieron en marcha actividades de cooperación muy significativas, tanto en el ámbito ecuménico como con las autoridades civiles y las organizaciones internacionales”, subrayó el Papa, citando en particular la red de acción contra la trata de mujeres creada por numerosos institutos religiosos femeninos.
“Nos comprometemos a perseverar en la lucha contra las nuevas formas de esclavitud y confiamos en contribuir a ayudar a las víctimas y a contrarrestar este trágico comercio. Como discípulos enviados a sanar un mundo herido -concluyó- doy gracias a Dios que nos ha hecho capaces de hacer un frente común contra esta plaga gravísima, con perseverancia y determinación”.+
Lunes 16 Jun 2014 | 11:39 am
El arzobispo Welby y el papa Francisco
Ciudad del Vaticano (AICA): El Santo Padre recibió, esta mañana, a Su Gracia Justin Welby, arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia Anglicana. La búsqueda de la unidad plena puede parecer lejana pero es siempre la meta del camino ecuménico, y la preocupación común por los males de la humanidad, en particular el tráfico de seres humanos, fueron algunos de los temas claves del encuentro.
El Santo Padre recibió, esta mañana, a Su Gracia Justin Welby, arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia Anglicana. La búsqueda de la unidad plena puede parecer lejano pero es siempre la meta del camino ecuménico, y la preocupación común por los males de la humanidad, en particular el tráfico de seres humanos, fueron algunos de los temas claves del encuentro.
“También a nosotros el Señor parece preguntarnos: ¿'De qué discutían durante el camino'? -dijo Francisco- Cuando Jesús planteó esa pregunta, sus discípulos se callaron porque se avergonzaban ya que estaban hablando de quién sería el más grande entre ellos. Nosotros también estamos confusos por la distancia que hay entre la llamada del Señor y nuestra pobre respuesta. Ante su mirada misericordiosa no podemos fingir que nuestra división no sea un escándalo, un obstáculo al anuncio del Evangelio de la salvación al mundo”.
“No es raro -agregó el Papa-, que nuestra vista se ofusque con el peso que acarrea la historia de nuestras divisiones y nuestra voluntad no siempre está libre de esa ambición humana que, a veces, acompaña nuestro deseo de anunciar el Evangelio según el mandamiento del Señor”.
A pesar de estos claroscuros, “el Espíritu Santo nos da fuerzas para no desalentarnos y nos invita, a confiar plenamente en su acción potente. Como discípulos que se esfuerzan por seguir al Señor -observó el Papa- sabemos que la fe llegó a nosotros a través de muchos testigos. Somos deudores de grandes santos, maestros y comunidades que nos transmitieron la fe en el curso de los siglos y que atestiguan nuestras raíces comunes”.
El obispo de Roma recordó a este propósito que ayer el arzobispo de Canterbury celebró las vísperas en la iglesia romana de San Gregorio en el Celio, desde la cual el Papa Gregorio Magno envió al monje Agustín y a sus compañeros a evangelizar a los pueblos de Inglaterra “dando origen a una historia de fe y de santidad de la que se beneficiaron muchos otros pueblos europeos. Un camino glorioso que dejó una huella profunda en las instituciones y tradiciones eclesiales que compartimos y que constituyen un sólido fundamento para nuestra fraternidad”.
Sobre bases como esas y con el apoyo de la Comisión internacional anglicano católica y la Comisión internacional anglicano católica para la unidad y la misión, se pueden examinar con espíritu constructivo “los viejos y nuevos retos del compromiso ecuménico”, añadió Francisco para entrar después en un tema que causa el mismo “horror” al arzobispo Welby, la plaga del tráfico de seres humanos y las formas modernas de esclavitud, denunciada varias veces por el prelado anglicano.
“En este vasto campo de acción, que se presenta en toda su urgencia, se pusieron en marcha actividades de cooperación muy significativas, tanto en el ámbito ecuménico como con las autoridades civiles y las organizaciones internacionales”, subrayó el Papa, citando en particular la red de acción contra la trata de mujeres creada por numerosos institutos religiosos femeninos.
“Nos comprometemos a perseverar en la lucha contra las nuevas formas de esclavitud y confiamos en contribuir a ayudar a las víctimas y a contrarrestar este trágico comercio. Como discípulos enviados a sanar un mundo herido -concluyó- doy gracias a Dios que nos ha hecho capaces de hacer un frente común contra esta plaga gravísima, con perseverancia y determinación”.+
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