martes, 7 de abril de 2015

El latín, lengua oficial de la Iglesia católica, no es una lengua muerta


El latín, lengua oficial de la Iglesia católica, no es una lengua muerta 
Martes 7 Abr 2015 | 10:42 am
 Padre Gallagher, traductor del Papa al latín

Ciudad del Vaticano (AICA): El latín es universal, afirma el sacerdote que traduce los tuits del papa Francisco en la cuenta oficial. El latín, lengua oficial de la Iglesia católica, no es una lengua muerta. El hecho más reciente que lo prueba es el inesperado éxito de la cuenta del Papa en Twitter: @Pontifex_ln. Con más de 337 mil seguidores, la publicación de las cortas frases del pontífice, compartidas y comentadas en latín por lectores de todo el mundo, muestran un interés bastante vivo entre los usuarios de las nuevas tecnologías.

 El latín es universal, afirma el sacerdote que traduce los tuits del papa Francisco en la cuenta oficial. El latín, lengua oficial de la Iglesia católica, no es una lengua muerta. El hecho más reciente que prueba esto es el inesperado éxito de la cuenta oficial del Papa en Twitter: @Pontifex_ln. Con más de 337 mil seguidores, la publicación de las cortas frases del pontífice, también compartidas y comentadas en latín por lectores de todo el mundo, muestran un interés bastante vivo entre los muy actuales usuarios de las nuevas tecnologías. El padre Daniel Gallagher, encargado de traducir los tuits pontificios, explicó a la revista italiana Famiglia Cristiana algunos aspectos de su labor.
 El padre Gallagher, estadounidense de 45 años, es director de la Oficina de Cartas Latinas de la Secretaría de Estado de la Santa Sede. "En ninguna otra cancillería, en ningún lugar de la república o en Palacio Real alguno hay una oficina donde los empleados hablen entre ellos en latín", destacó Alberto Bobbio, redactor del artículo en Famiglia Cristiana. En este particular espacio se desempeñan siete sacerdotes: dos polacos, dos italianos, un español y el director, norteamericano. De él, el redactor afirma que piensa y habla en latín de manera continua.
 En la entrevista, el padre Gallagher recordó que el latín era una lengua franca, un idioma que no era natal para nadie pero que todos podían emplear. "El latín es la esencia de la universalidad", explicó, al identificar la razón por la cual es el idioma oficial de la Iglesia, que continúa trabajando para mantenerlo vivo. De hecho, "habría muerto si no hubiera Iglesia Católica", comentó.
 Pero las cifras de la cuenta en Twitter que el propio sacerdote alimenta con sus traducciones dan cuenta de la vida del latín. Esta cuenta supera a las de lengua árabe, polaco y alemán. "Tenemos evidencia alrededor del mundo de que muchos profesores de escuelas de latín los usan (los tuits) para propósitos educativos", describió. "Construir una frase de 140 caracteres es un buen ejercicio. Incluso para nosotros".
 El latín sobrevive en la Iglesia católica y atrae a un considerable número de personas en la actualidad.
 "El latín no es el mismo y podemos usar el latín de Cicerón, o el de Virgilio, el latín de Plauto o de Terencio", explicó el sacerdote sobre el método para traducir a la antigua lengua los muy actuales conceptos abordados en las redes sociales vaticanas. La labor permite además cierta creatividad: "Si tenemos que traducir al latín "teléfono" podemos inventar la palabra "telephonum" o para hacer entender a Cicerón podemos decir 'instrumentum cum aliis colloquiendis to longinque', ese instrumento para hablar a quienes no están frente a usted".
 Al ser preguntado sobre quiénes hablan el mejor latín, calculó entre los mejores a unos 200 sacerdotes, algunos obispos y cardenales. El mejor de todos, para él, "el papa Benedicto, conversador amable y perfecto". Del papa Francisco, de quien se dice no gusta emplear esta lengua, el sacerdote afirmó que el latín "lo conoce muy bien e incluso corrige, pero lo habla poco".
 El uso actual del latín ofrece llamativas anécdotas, como la de la tarea de traducir al latín las instrucciones del primer cajero automático del banco vaticano, ya que ésta es la lengua de la pantalla inicial del dispositivo. "Casi nadie entendía, pero igualmente insertaban la tarjeta", recordó el padre Gallagher.+

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