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viernes, 6 de mayo de 2016
El Papa sueña con una Europa renovada y promotora de los derechos de todos
El Papa sueña con una Europa renovada y promotora de los derechos de todos
Viernes 6 May 2016 | 10:28 am
Ciudad del Vaticano (AICA): ¨¿Qué te ha sucedido Europa humanista, defensora de los derechos humanos, de la democracia y de la libertad?¨, preguntó hoy el papa Francisco al recibir en el Vaticano el Premio Internacional Carlomagno 2016, por lo que desafió a los dirigentes europeos a crear ¨un nuevo humanismo basado en integrar, dialogar y generar¨. ¨Sueño una Europa, donde ser emigrante no sea un delito, sino una invitación a un mayor compromiso con la dignidad de todo ser humano. Sueño una Europa que promueva y proteja los derechos de cada uno, sin olvidar los deberes para con todos. Sueño una Europa de la cual no se pueda decir que su compromiso por los derechos humanos ha sido su última utopía¨, manifestó.
"¿Qué te ha sucedido Europa humanista, defensora de los derechos humanos, de la democracia y de la libertad?", preguntó hoy el papa Francisco al recibir en el Vaticano el Premio Internacional Carlomagno 2016, por lo que desafió a los dirigentes europeos a crear "un nuevo humanismo basado en integrar, dialogar y generar".
Ante los dirigentes de la Unión Europea, entre ellos la canciller alemana Ángela Merkel, el presidente del Europarlamento, el alemán Martín Schulz; el titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el responsable del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, el pontífice dijo que sueña con una Europa "joven, capaz de ser todavía madre: una madre que tenga vida, porque respeta la vida y ofrece esperanza de vida".
"Sueño con una Europa que se hace cargo del niño, que como un hermano socorre al pobre y a los que vienen en busca de acogida, porque ya no tienen nada y piden refugio", que “escucha y valora a los enfermos y a los ancianos”, “donde los jóvenes respiren el aire limpio de la honestidad, amen la belleza de la cultura” no contaminada por el consumismo, “donde casarse y tener hijos sea una responsabilidad y una gran alegría, y no un problema” y “de las familias, con políticas realmente eficaces, centradas en los rostros más que en los números”, agregó.
"Sueño con una Europa, donde ser emigrante no sea un delito, sino una invitación a un mayor compromiso con la dignidad de todo ser humano. Sueño una Europa que promueva y proteja los derechos de cada uno, sin olvidar los deberes para con todos. Sueño una Europa de la cual no se pueda decir que su compromiso por los derechos humanos ha sido su última utopía", subrayó.
Francisco llamó a los europeos a renovarse y a reconocer sus verdaderos orígenes, al reiterar su intención “de ofrecer a Europa el prestigioso premio con el cual he sido honrado” y pedir no hacer un mero gesto celebrativo, sino aprovechar la ocasión “para desear todos juntos un impulso nuevo y audaz para este amado Continente”.
En su discurso, el Papa aseguró que “la creatividad, el ingenio, la capacidad de levantarse y salir de los propios límites pertenecen al alma de Europa” y recordó que en el siglo pasado dio “testimonio a la humanidad de que un nuevo comienzo era posible” después de años de trágicos enfrentamientos.
“Las cenizas de los escombros –observó– no pudieron extinguir la esperanza y la búsqueda del otro, que ardían en el corazón de los padres fundadores del proyecto europeo”.
El Santo Padre lamentó que aquel ardiente deseo de construir la unidad parece estar “cada vez más apagado” ya que nosotros, los hijos de aquel sueño “estamos tentados de caer en nuestros egoísmos”.
Francisco recordó que en el Parlamento Europeo habló de la Europa anciana, “una Europa que se va ‘atrincherando’ en lugar de privilegiar las acciones que promueven nuevos dinamismos en la sociedad”. Y en este mundo atormentado y herido, el Papa aseguró que es necesario volver a aquella solidaridad de hecho, a la misma generosidad concreta que siguió al segundo conflicto mundial.
Tras afirmar que los proyectos de los padres fundadores, no han sido superados: inspiran, hoy más que nunca, a construir puentes y derribar muros, y consideró que parecen expresar “una ferviente invitación a no contentarse con retoques cosméticos o compromisos tortuosos para corregir algún que otro tratado, sino a sentar con valor bases nuevas, fuertemente arraigadas”.
El Papa invitó a inspirarse en el pasado para afrontar con valentía el complejo cuadro multipolar de nuestros días, “aceptando con determinación el reto de actualizar la idea de Europa”, y sostuvo: “Una Europa capaz de dar a luz un nuevo humanismo basado en tres capacidades: la capacidad de integrar, capacidad de comunicación y la capacidad de generar”.
Asimismo, alertó que “nadie puede limitarse a ser un espectador ni un mero observador”, sino que todos “tienen un papel activo en la construcción de una sociedad integrada y reconciliada”. Y señaló que los jóvenes desempeñan un papel preponderante, porque son el futuro y el presente de nuestros pueblos.
Por último, Francisco consideró necesaria la búsqueda de nuevos modelos económicos más inclusivos y equitativos, orientados al beneficio de la gente y de la sociedad, y estimó que la Iglesia puede y debe ayudar “al renacer de una Europa cansada, pero todavía rica de energías y de potencialidades”.+
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